El 2 de julio tuvo lugar la Marcha del Orgullo en varias ciudades y municipios del país. Con el tema “Estado laico” se quizo recordar la necesidad de separar el pensamiento religioso de las desiciones constitucionales que nos rigen a todos, y que en últimas hacen posible la existencia de diversidad de pensamientos, religiones e identidades.
Como Atrévete Bogotá nos sumamos a la marcha con la intensión de denunciar el acoso callejero del que son víctimas cientos de personas dada su orientación sexual o identidad.
Por desgracia hemos sido testigos de sonados casos en los que expulsan a personas homosexuales de espacios tales como centros comerciales o estaciones de buses, por el hecho de estar con sus parejas tomados de la mano o besándose.
Está también el acoso policial del que son victima las mujeres trans que ejercen la prostitución, y las agresiones más cotidianas y que no logran aparecer en los titulares de los noticieros. Aquellos comentarios de parte de extraños en las calles que aluden a la identidad u orientación de las personas gais, lesbianas y trans.
Aunque desapercibido, esta clase de hostilidades generan que el espacio público sea disfrutado y habitado con cierta tranquilidad sólo por personas hetero, segregando así a todo aquel que se salga de la etiqueta.
El mostrar el afecto a la pareja, o simplemente habitar, resulta siendo un privilegio heterosexual.
Común es escuchar demandar a algunos la discreción de las personas miembros de la comunidad LGTBI en cuanto a mostrar su afecto en público se refiere; lo paradógico resulta ser que ese mismo racero no se utiliza para amonestar a las parejas heterosexuales.
Con estos antecedentes nuestro llamado es a construir un espacio público libre y seguro para todos. Allí donde nos reunimos a diario, caminamos, a veces nos conocemos, y donde también amamos, debemos acordar que no vamos a agredirnos y ojalá, hacer un esfuerzo por el entendimiento.
Por último y como siempre, hacemos un llamado a la acción cuando seas testigo de un episodio de acoso callejero. La intervención es clave. Sólo acompañándonos en todos los espacios podremos construir paz.
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